La atractiva presencia
Su andar descuidado
Algo tenía ese hombre,
un aire gitano
Galopaba en sus ojos
se leía en sus manos
Un aroma de bosque
un puñal de villano
Que querría el gitano
de mi simple figura
adivinó mi pasado
sabe de mi locura
Se me acerca silbando
el puñal en la mano
en su lengua el gitano
algo va recitando.
Clava suave en mi palma
el filo oxidado
y luego corta la suya
mientras prende un cigarro
“La luna me dijo un día”
dijo fumando el gitano
“Que la muerte me seguiría
escondida entre los guijarros”
“Que no habría perro que le aúlle
ni gato en techo lejano
que yo no tendría descanso
hasta enseñar a un gitano”
Tomó entonces mi mano
juntó su palma y la mía
y sentí arder la sangre
y un acordeón que latía
Caballos de agua en los ojos
águilas de humo en su cigarro
“el sortilegio tá echio” cantaba
“Ya somos dos los gitanos”
Mi sombra se mezcla y huele
en los carnavales a los aldeanos
buscando a uno que sea digno
de cargar con este regalo
La sangre caliente chilla,
cuando anda cerca un hermano
La luna me dice entonces
que lo encuentre y lo haga gitano
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